Otro de los puntos más comunes utilizados en crochet, es el punto cruzado. Este, como su nombre lo indica, consiste en tejer el estambre a manera de equis, con hilos entrelazados a lo largo de las hileras que conforman un tejido. La técnica de punto cruzado es una de las más básicas para principiantes en el arte del crochet y llevarla a cabo, no es algo demasiado complicado.
La manera de elaborarla es la siguiente:
- Primero que nada, hay que iniciar por tejer un punto alto.
- Ahora proseguiremos con 3 puntos del tipo cadena, a partir de los cuales realizaremos un patrón para conformar el punto cruzado.
- Una vez que los puntos cadenas se encuentren terminados, vamos a saltarnos un punto base y a tejer otro punto alto en el siguiente.
- Finalmente, regresaremos al punto que acabamos de saltar para realizar un punto alto picado, que nos dará el efecto de cruce que estamos buscando.
- Después de esto, únicamente se deben seguir los pasos 3 y 4 hasta llegar al último punto de la hilera, que concluiremos con un punto alto normal.
Con el procedimiento de punto cruzado se puede elaborar una amplia variedad de objetos, que nos pueden ser tanto útiles como bonitos. Se utilizan dos agujas para hacerlo, aunque también se puede conseguir el mismo efecto con un telar en forma rectangular o un ganchillo.
Es ideal para tejer prendas como las bufanfas, porque además de ser muy calientitas, no demoraremos tanto como con otros puntos, debido a la facilidad que caracteriza a este.
También puede auxiliarnos a la hora de hacer guantes, pantuflas, medias, mitones o colchas. Como su textura queda bastante resistente, los objetos que elaboremos no se maltratarán con tanta facilidad. Además de que el punto cruzado también nos sirve como base para aprender y llevar a cabo otra clase de puntos.