En un artículo anterior hablabamos acerca de los diferentes tipos de agujas que podíamos utilizar para elaborar crochet, entre las cuales se hallaban las circulares. Lo cierto es que aunque no son tan comunes a la hora de llevar a cabo un tejido, se pueden utilizar con bastante regularidad en la creación de prendas y objetos preciosos e interesantes.
Sin embargo, cuando se está familiarizado con las agujas circulares, las mismas pueden resultar un tanto complicadas de utilizar al principio. Es por eso que la práctica es un aspecto primordial para mejorar en su dominio.
Dentro de los puntos a favor que podemos encontrar en el uso de agujas circulares, se encuentran los siguientes:
- Si se realizan trabajos con tejido plano, la extensión de los mismos puede ser muy amplia, gracias a la longitud del cable presente en este tipo de aguja.
- Otorgan mayor flexibilidad y fluidez a las manos, debido a que la mayor del peso de los puntos tejidos es trasladado al cable en lugar de ser soportado por las agujas en sí, como suele suceder cuando se hace uso de otras.
- Son ideales para hacer tejidos tubulares, prescindiendo de bordes con costura.
En cuanto a los tejidos que pueden realizarse por medio de las agujas circulares, podemos encontrar dos tipos principales:
- El tejido plano: Qué es el que normalmente realizamos con las agujas rectas, aunque la forma de realizarlo difiera un poco de la acostumbrada en dichas herramientas. Simplemente se van intercalando ambas agujas una vez que se termina de hacer cada hilera, con el fin de que el tejido no se cierre por completo.
- El tejido tubular: El más apropiado para llevar a cabo con este complemento de crochet. Consiste en hacer tejidos de manera redonda, aprovechando la circunferencia del cable que une a ambas agujas.